La dramatización en el nivel inicial favorece muchas habilidades y competencias a nivel social (trabajo en equipo) y a nivel personal (autonomía y autoestima).
“La dramatización facilita la creación de un ambiente propicio para: desarrollar la socialización, aumentar la capacidad de expresión de emociones, sentimientos y afectos por medio del lenguaje oral, corporal, musical y plástica”.
La dramatización también conocida como juego dramático, permite que el niño conozca sus capacidades y habilidades, además de la vida social en la que se desenvuelve, como ya se ha mencionado anteriormente. Este juego dramático en el niño, surge de manera natural, adentrándose al juego de esta expresión, tanto al realizarla como al observarla, el niño cree en todo lo que hace o habla con un títere, a pesar de que distingue lo real de lo ficticio, el niño muestra sinceridad en lo que hace, expresa y juega.
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